Una pyme tal vez tiene dificultades para acceder a un insumo o incluso a una máquina para incrementar su producción y generar empleo.

Con ese escenario, la Secretaría de Comercio definió el pase de más de mil posiciones arancelarias al régimen de Licencias No Automáticas. Palos de golf, chocolates, guitarras, bolsos, mochilas, carteras, máquinas para minar criptomonedas, vehículos automotores, cámaras y proyectores cinematográficos, entre otros, pasarán ahora por el filtro del despacho que conduce Matías Tombolini.

Las licencias automáticas representaban hasta ahora alrededor del 70% de las importaciones de Argentina, mayoritariamente insumos o bienes intermedios que no cuentan con fabricación local. Pero dentro del listado de artículos que conseguían aprobación de ingreso al país con dólares a cotización oficial en menos de 48 horas, también se encontraban productos que el Gobierno considera que no ameritan esa urgencia. Por eso, a partir de ahora se reducirán al 59% de los artículos. En concreto, de 10282 posiciones arancelarias, unas 6088 tendrán licencia automática y el resto, 4194 nomenclaturas (el 41%), quedarán bajo el régimen que permite mayor control por parte del Ministerio de Economía.

“Se daba una contradicción. Una pyme tal vez tiene dificultades para acceder a un insumo o incluso a una máquina para incrementar su producción y generar empleo. Pero por otra ventanilla habilitamos el ingreso de bienes que no son fundamentales en menos de dos días. Lo que se busca corregir es eso. Priorizar los dólares hacia la producción”, explicaron desde el equipo de Sergio Massa.

En silencio, el Gobierno ya venía traspasando posiciones arancelarias al régimen de licencias no automáticas desde principios de año. Lo hacía en tandas de a cinco o diez por resolución. En este caso, se trata de una migración masiva. Siempre que se respeten los plazos de intervención previstos, la modalidad no debería generar dificultades ante la organización mundial de comercio. Sin ir más lejos, Brasil tiene un esquema por el cual todas las importaciones pasan por un control similar al que establece la normativa argentina para determinados productos.

Radar de importadores

En paralelo, la Aduana puso en marcha este martes un nuevo sistema operativo llamado RADAR que le permitirá unificar las bases de datos de todas las dependencias. De esta manera, buscan centralizar la información de los importadores para contar de forma instantánea con las denuncias administrativas, faltas o penalidades que pudo haber cometido una sociedad.

De esta manera, se busca tener una herramienta ágil a la hora de desarticular maniobras que ejecutan los importadores para aprovechar la brecha cambiaria, como la sobrefacturación de importaciones o la subfacturación de exportaciones, entre otras.

Estas medidas se enmarcan en un cuadro general de lo que el Gobierno llama “ordenamiento del comercio exterior”. Esa avanzada quedará cristalizada en las próximas horas cuando el Ministerio de Economía dé a conocer un nuevo Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI).

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