Siguiendo esta línea, en los primeros siete meses del año se acumula un resultado primario de -$876.628,7 millones; lo que implica un -1,1% del PBI.

Según los datos con que cuenta el nuevo secretario, el en julio, el Sector Público Nacional registró un déficit primario de $75.947,3 millones “contemplando el límite anual para el cómputo de los ingresos provenientes de las rentas de la propiedad vinculadas a las emisiones primarias de títulos públicos equivalente al 0,3% del PBI”. Siguiendo esta línea, en los primeros siete meses del año se acumula un resultado primario de -$876.628,7 millones; lo que implica un -1,1% del PBI. Con lo que, sin descontar el excedente consistente con la meta de déficit primario de 2,5% del PBI, el déficit primario para el mes de julio resultó de unos $1.945,3 millones.

Si los números y porcentajes se proyectaran para el resto del año, en los últimos cinco meses del año (incluyendo agosto), habría un aproximado de 1,3/ 1,4% de déficit más para carretear. El problema de siempre es diciembre, mes en el que el gasto se incrementa y las necesidades fiscales puede trepar hasta un punto del PBI. Rubinstein deberá revisar allí la carta mágica en tiempos inflacionarios: cuántos pesos extras se generarán entre agosto y octubre, ante la aceleración de precios del período julio-septiembre. Y si la segmentación de tarifas de servicios públicos genera algún aporte extra.

Según los datos de julio, y luego de algunas correcciones contables habilitadas y legalizadas, se confirmaría una desaceleración del crecimiento real del gasto primario, en virtud de la política de ordenamiento y consolidación de las cuentas públicas, establecidas desde la llegada de Sergio Massa a Economía; las que, se promete, se profundizarían a partir de septiembre. Especialmente a partir de la publicación de ayer en el Boletín Oficial de la Decisión Administrativa N° 826/2022, de fecha 20 de agosto de 2022, donde se dispone una compensación de créditos presupuestarios, rebajándolos en varias jurisdicciones e incrementándolos en el Tesoro por $210.000 millones. Se considera en el equipo económico que es uno de los instrumentos clave para contener el nivel de erogaciones para la última parte del año.

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