
Los investigadores encontraron una serie de escrituras firmadas por el empresario azucarero a través de las que hacía distintas donaciones a la mujer víctima de explotación sexual por más de un millón de dólares.
Carlos Pedro Tadeo Blaquier, empresario ligado a la industria azucarera y a la represión durante la última Dictadura, era un cliente VIP de la secta de la Escuela de Yoga (EYBA), que tenía a mujeres jóvenes en situación de servidumbre y explotación sexual.
Blaquier, de 95 años, ha logrado durante años esquivar a la justicia en lo que hace a su responsabilidad por los secuestros y desapariciones ocurridos en 1976 en la zona de influencia del ingenio Ledesma que él mismo dirigía, pero ahora su nombre se ve envuelto en este resonante caso de prostitución.
En la secta, a Blaquier lo llamaban “Azúcar”. Su nombre apareció en un documento que la policía secuestró en la casa de Juan Percowicz que llevaba por título “Departamento Novios”. ¿En qué consistía ese documento? Era una carpeta con distintas fichas de hombres a quienes la secta tenía como “objetivos” del plan de “geishado”. En esa carpeta figuraban nombre, sobrenombre, apodo, edad, fecha de cumpleaños, signo astrológico, religión, lugar de residencia, estado civil, si tenía hijos o hijas, a qué actividad se dedicaban, qué gustos personales tenían, cuál era su patrimonio estimado, quiénes eran sus amigos dentro de EYBA y cómo habían tomado contacto con el “Departamento Novios”.
Un testigo de cómo funcionó esa organización criminal se refirió a los encuentros entre el empresario azucarero y una de las chicas que eran sometidas por la secta, tal como lo recogen en un extenso dictamen el fiscal Carlos Stornelli y la fiscala Alejandra Mángano, titular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex). “Entre las ‘personas de poder’ tuvo la oportunidad de conocer al director o presidente de la compañía ‘Azúcar Ledesma’, un hombre mayor que concurría asiduamente, a quien luego conoció como Carlos Pedro Blaquier”, dice el testimonio extractado.
“La escuchaba llorar previo a los encuentros con Blaquier por no querer estar con él, situación en la que siempre mediaba ‘Mendy’”, agrega la persona que brindó su testimonio. “Mendy”, en realidad, era Susana Mendelievich, la encargada del “Geishado VIP”. Como tal era quien se encargaba de la selección de las “alumnas” de la secta para los encuentros sexuales con personas de alto poder adquisitivo.
Los investigadores también encontraron una serie de escrituras firmadas por Blaquier a través de las que él hacía distintas donaciones a la mujer víctima de explotación sexual por más de un millón de dólares. La hipótesis es que no eran donaciones sino pagos.