Ivana Nadal y la viralización de su video íntimo: “Hoy diría que tocarse es lo más normal del mundo”

Ivana Nadal (29) estaba en pleno ascenso de su carrera en los medios. Su nombre se iba imponiendo tanto en televisión como en las portadas de los sitios web, revistas y hasta en la radio. Sin embargo, la viralización de unas imágenes íntimas -en la que la conductora estaba desnuda y masturbándose- la desestabilizaron.

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Ivana: “No tengo muchas dudas sobre la viralización. La persona a la que le había mandado eso lo publicó o se lo pasó a alguien. No es un exnovio. Eran para un chico con el que estaba saliendo. Pero no quiero dar su nombre. Igual, en este momento eso es lo que menos me importa. Ya está, ya está publicado y le va a llegar a todo el mundo, inclusive a mi familia. No lo puedo creer, estoy muy avergonzada”.

“Hoy en día afrontaría desde otro lado lo que pasó. Diría que (masturbarse) es lo más normal del mundo y que hasta la mujer que me está insultando seguramente llora cada vez que se toca porque se siente sucia. Nadie tiene derecho a meterse adentro de tu intimidad ni de mostrar lo que vos no quieras”.

El tiempo pasó, la carrera de Ivana Nadal afortunadamente no se vio afectada y ella analizó lo sucedido en una entrevista con la periodista Julieta Argenta para Basta Chicos Podcast: “Hoy en día afrontaría desde otro lado lo que pasó. Diría que (masturbarse) es lo más normal del mundo y que hasta la mujer que me está insultando seguramente llora cada vez que se toca porque se siente sucia. Pero es hermoso tocarse. Es hermoso hacer llegar a tu cuerpo a niveles de éxtasis tan zarpados como el sexo. Está buenísimo, hay que vivirlo y no hay que sentir vergüenza, y nadie tiene derecho a meterse adentro de tu intimidad ni de mostrar lo que vos no quieras”.

“Así que la culpa no era mía, era del otro chabón (el que viralizó las imágenes) y de toda la gente que me acusaba. Lo superé, obviamente. Pero en ese momento, yo en lugar de pensar ‘de qué carajo se asombran, es solamente una mujer tocándose su parte íntima, nada más y nada menos’, yo me sentía culpable, me sentía sucia, avergonzada. No podía ni pensar en besarme con una persona, me daba vergüenza, me dolía la panza”.

“En ese momento, yo en lugar de pensar ‘de qué carajo se asombran, es solamente una mujer tocándose su parte íntima, nada más y nada menos’ yo me sentía culpable, me sentía sucia, avergonzada. No podía ni pensar en besarme con una persona, me daba vergüenza, me dolía la panza”.