Ordenar la internaNo parece haber sido casual el discurso de Cristina Fernández durante el acto de la CTA en el día de la bandera. Hasta el momento, Juntos por el Cambio y el sector libertario, se dirimían entre sí el debate de ideas en el espectro liberal y ortodoxo. Resulta que el plan que Melconian elabora en la Fundación Mediterránea, incluye un capítulo referido a la política monetaria, en la que plantea la necesidad de reconocer el “bimonetarismo” que rige en Argentina. Por supuesto, lo que la señora plantea, es la necesidad de mejorar la forma en que el Estado controla al sector privado. No obstante, el programa también prevé privatizar en casos en los que “sea evidente” que el sector privado puede administrar mejor.

Reordenar la interna. Cristina Fernández ha comenzado a dar señales de un giro ideológico hacia políticas ortodoxas.

Las personas entendidas en los tiempos son aquellas que saben y pueden discernir los escenarios coyunturales, lo que pide cada momento social y económico, y los giros de la historia.

Poder interpretar los cambios de época es crucial para cualquier dirigente que pretenda conducir los destinos de un país. A la vez, interpretar las señales de esas transformaciones, se convierte en esencial para cualquier agente económico que debe tomar decisiones inmediatas y a mediano plazo.

Precisamente esas luces rojas son las que empiezan a alertar acerca de un giro ideológico y discursivo, que anticipa para las elecciones de 2023 un marco de debate muy diferente al que tiene lugar en Argentina desde hace al menos 15 años.

Existe una serie de elementos que obligan a que así sea. El margen de maniobra y los grados de libertad para intentar un camino diferente y disruptivo, se encuentran absolutamente acotados. Es dato, habrá que convivir con el Fondo Monetario Internacional por muchos años. No es necesario urgar demasiado para conocer la matriz de pensamiento del organismo. A ello hay que agregar una crisis económica que acumula ya cinco años, reservas lánguidas en el Banco Central, pobreza en niveles insoportables, y la inflación más alta de los últimos 30 años.

Así las cosas, todo parece indicar que el lado derecho del campo de juego será el escenario del debate político y económico en el futuro inmediato. Lo que viene es la ortodoxia económica. El interrogante pasa a ser entonces, ortodoxia en cuál de sus versiones.

Ordenar la interna

No parece haber sido casual el discurso de Cristina Fernández durante el acto de la CTA en el día de la bandera.

La mayoría de los analistas recaló en el “festival de importaciones”. Pero las definiciones más fuertes, las que definen con más claridad hacia donde marchará el debate de la política de cara a 2023, fueron aquellas en las que la Vice Presidenta fustigó a las organizaciones piqueteras y denunció la “tercerización de los planes sociales”. “Los piqueteros en la República Argentina no llegaron con ningún gobierno populista, son hijos de las políticas neoliberales de los años ‘90”, sentenció.

No se trató solo de un llamado de atención a la gestión del gasto social. Significó más bien un gesto en el que Cristina Fernández empieza a soltar la mano del ala izquierda de la interna, aquella que supo darle soporte y sostén al kirchnerismo por más de una década.

Un segundo gesto, tuvo lugar apenas tres días después del mencionado acto. Cristina Fernández recibió al economista Carlos Melconian, actual presidente del IERAL de la Fundación Mediterránea.

Nadie que conozca mínimamente los resortes del poder puede imaginar que es el primer encuentro entre ambas figuras. Pero probablemente es el primero que se deja trascender.

Todo parece indicar que el lado derecho del campo de juego será el escenario del debate político y económico. Lo que viene es la ortodoxia económica.

No es casual. Hacer que se sepa que Cristina escucha a un economista ortodoxo, no es otra cosa que una señal que pretende comenzar a ordenar la interna de cara a 2023. El mensaje es claro: llega el momento (uno más) en que el peronismo debe vestirse de pragmatismo, si es que aun conserva algo de la vocación de poder que supo tener.

La mayoría de los sondeos de opinión rumbo a las elecciones del año que viene, identifican hoy tres sectores que aglutinan el 85% de las preferencias de los electores. Hasta el momento, Juntos por el Cambio y el sector libertario, se dirimían entre sí el debate de ideas en el espectro liberal y ortodoxo. El giro discursivo y las señales que empieza a dar Cristina Fernández, anticipan que el Frente de Todos probablemente también empieza a comprender que ese será el marco de discusión y gestión en los próximos años.

El plan de Melconian

Desde hace años el economista Carlos Melconian es uno de los consultores más mediáticos y más reconocidos del país. Desde inicios de este año, es el titular del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea.

En los últimos meses, Melconian ha recorrido gran parte del país presentando lo que anuncia como un plan integral y “desideologizado”, que se pretende a sí mismo como “capitalista, occidental y progresista”.

Tal es el calibre del programa que el economista llevó bajo el brazo al encuentro con la Vice Presidenta.

Llamativamente, en sus dos últimas apariciones públicas, Cristina hizo al menos tres referencias conceptuales en las que coincide con parte de lo que Melconian presenta como su “plan integral”.

La primera similitud se relaciona al trabajo. “A mí no me gusta que me quieran convencer de que los planes sociales son peronismo. El peronismo no es depender de un dirigente barrial para que me dé el alta y la baja. El peronismo es trabajo. El peronismo es laburo”. Así sentó posición Cristina Fernández en el acto de la CTA.

Casualmente, uno de los principales ítems del plan de Melconian refiere a la necesidad de recrear la cultura del trabajo en Argentina. “Los planes sociales deben existir, pero deben ser temporales, y deben ser gestionados por profesionales” señaló el economista en una de sus presentaciones.

“El peronismo no es depender de un dirigente barrial para que me dé el alta y la baja. El peronismo es trabajo”. Cristina Fernández de Kirchner en el acto de la CTA.

La segunda coincidencia se relaciona al diagnóstico sobre el esquema monetario. La Vice Presidenta ha referido recientemente al bimonetarismo que rige en Argentina como uno de los principales problemas estructurales a resolver. Resulta que el plan que Melconian elabora en la Fundación Mediterránea, incluye un capítulo referido a la política monetaria, en la que plantea la necesidad de reconocer el “bimonetarismo” que rige en Argentina.

El tercer punto en el que existe contacto conceptual, es el referido al rol del Estado. “Este es un Estado estúpido, donde no se articula la información del Banco Central o de la CNV, con la de la AFIP”, señaló Cristina en el acto de la CTA. Por supuesto, lo que la señora plantea, es la necesidad de mejorar la forma en que el Estado controla al sector privado. No obstante hay una coincidencia en el diagnóstico. El plan de Melconian también considera que el Estado e “es estúpido”, y que la estructura del sector pública merece y necesita ser revisada.

No parece ser algo fortuito. Las palabras crean realidades, y dan marco teórico y fundamento conceptual a las acciones de gobierno. Comenzar a decir, es en la figura de quienes gobiernan, empezar a sentar las bases políticas para lo que viene. Para el resto de los mortales, solo es necesario saber escuchar.

En este sentido, vale un breve repaso por los principales puntos que incluye el plan que Melconian le llevó a la Vice Presidenta, y que según manifiestan en la Fundación Mediterránea, pondrán a disposición de quien sea que gane las elecciones en 2023.

Plan. Melconian recorre el país dando a conocer su “programa económico integral”.

Lo primero que propone Melconian es un paquete de leyes que ordenen jurídicamente las reformas y cambios que el plan económico podría requerir. Los tres ejes del paquete legislativo son una nueva institucionalidad fiscal, una nueva relación con las provincias, y un salto en la productividad privada.

Los lineamientos del plan no difieren del recetario que históricamente puso en discusión la derecha argentina.

A continuación se detallan siete de los puntos centrales que Melconian ha presentado en cada una de sus visitas a las provincias argentinas junto al IERAL.

• Reforma fiscal: Naturalmente el economista propone poner un límite al gasto público, eliminar el sistema de subsidios, establecer un límite al empleo público y poner límite al endeudamiento.

• Nuevo régimen monetario: El plan de IERAL estipula avanzar hacia una moneda que cumpla con todas las condiciones para ser elegida voluntariamente, reconociendo la bimonetariedad de la economía argentina. Se plantea además la necesidad de recuperar el mercado de capitales, y que la apertura irrestricta a la movilidad de capitales es punto de llegada, no de partida. Esto último es una fuerte disonancia con el modelo llevado a cabo durante la gestión Macri, de la cual fue parte Melconian.

• Revisión de organismos descentralizados: Según Melconian, no necesariamente implica “privatizar”, pero sí una apertura al capital privado, por ejemplo en el caso Aerolíneas. No obstante, el programa también prevé privatizar en casos en los que “sea evidente” que el sector privado puede administrar mejor.

• Reforma tributaria: El planteo inicia con un nuevo esquema de coparticipación federal, con premios y castigos para buenos y malos administradores provinciales. El objetivo en cuanto a las provincias es eliminar superposición tributaria, donde el principal foco es Ingresos Brutos. El programa plantea además la reducción del cepo anti exportador, con una baja tributaria sobre las actividades transables, lo que supone desde el vamos una reducción de retenciones.

• Reforma laboral: En uno de los puntos en los que Cristina señaló la necesidad de revisar políticas, Melconian propone reducir impuestos al trabajo para maximizar la formalidad. En este sentido se plantea también la actualización de convenios colectivos teniendo en cuenta la situación regional, el tamaño de las empresas y el cambio tecnológico, así como reducir el costo de la contingencia laboral.

• Desregulación: En sus presentaciones Melconian se encarga de resaltar que es indelegable la presencia regulatoria del Estado, pero a la vez señala que se requiere un desarme amplio y abarcativo de restricciones y regulaciones en materia laboral y de capital. El objetivo según explica Melconian es “eliminar los obstáculos para producir”.

• Reforma previsional: El economista hace tiempo señala que el actual esquema previsional está quebrado y que es necesario unificar de los regímenes. La polémica aparece cuando una de las propuestas es la de flexibilizar la edad de retiro (en otras palabras, elevarla) y reformar el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, lo que equivale a poder usar esa caja con otros fines.

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