
Desde que asumió en su cargo, el titular de la Aduana, Guillermo Michel, viene realizando un trabajo puntilloso con las cautelares. Cómo reveló Ámbito, en los últimos dos años se otorgaron más de 10.500 medidas en favor de los importadores que le costaron a las reservas de la entidad que conduce Miguel Pesce unos u$s 1.800 millones.
Massa viene haciendo hincapié en el caso de una firma que invocó urgencia para traer al país toallas, pero hay más: mermeladas, artículos de cotillón, plantas y otros artículos que no parecieran encuadrar en el apremio esgrimido y avalado por el fuero contencioso administrativo.
En el Gobierno confían en que con el nuevo sistema se caerán más de 3.500 cautelares que habían sido otorgadas por la Justicia. Se trata de importadores que todavía no terminaron el proceso, es decir, aún no utilizaron los dólares para ingresar la mercadería. Al tratarse de otro esquema, en el Palacio de Hacienda explican que quienes quieran utilizar la vía judicial deberán iniciar un nuevo proceso de reclamo.
De todas maneras, ya hubo contactos informales entre los importadores y los funcionarios que diseñaron el nuevo sistema. Según pudo saber este medio, varios de los jugadores importantes de ese mercado anticiparon al equipo de Massa que abandonarán sus reclamos de forma voluntaria. Es más, dos firmas del sector de neumáticos que acumulaban el grueso de las divisas otorgadas por esta vía dejarán por escrito su renuncia a las divisas obtenidas por medio de fallos judiciales en las próximas horas.
El nuevo Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) permitirá saber al importador con anticipación la fecha en que serán liberados los dólares para traer la mercadería. Un reclamo que venían presentando distintas entidades empresarias. “Otorgará más previsibilidad”, explican desde Economía. Al mismo tiempo, esperan que la mayor claridad en la programación ayude a evitar remarcaciones “precautorias” o “especulativas”, según con qué biblioteca se las mire.
La idea central es, nuevamente, priorizar los dólares al sector productivo. Para esto el mayor control no estará puesto solo en las cautelares sino también en el resto de las maniobras que se utilizan para concretar negocios con la brecha cambiaria. Lo dicho, sobrefacturación, manejo indebido de los regímenes de perfeccionamiento industrial y zonas francas, triangulación fraudulenta. Todo estará bajo la lupa con el nuevo sistema.