
El Congreso aprobó la ley que el presidente había prometido para acelerar la transición energética. El proyecto se encontraba trabado en el Senado por la oposición de un senador demócrata. A cambio de su voto, los líderes demócratas y el presidente se comprometieron a reformar los permisos de construcción y operación de infraestructuras energéticas como gasoductos y redes de alta tensión.
El presidente de los Estados Unidos finalmente consiguió una versión acotada de su prometida “ley climática”. Las dos cámaras del Congreso aprobaron la “Inflation Reduction Act”, una ley presupuestaria que incluye gastos millonarios para acelerar la transición energética. Joe Manchin, el senador demócrata que casi dejó al gobierno sin ley, terminó votando a favor de la iniciativa. Detrás de ese giro sorpresivo se encuentra un acuerdo sobre infraestructura con los máximos líderes del Partido Demócrata que facilitaría la construcción de nuevos gasoductos.
La Cámara de Representantes dio sanción definitiva al proyecto presupuestario el último viernes, luego de recibir la media sanción en el Senado. El presidente Joe Biden celebró y firmó la ley este martes en la Casa Blanca. “Con la aprobación en la cámara de la Ley de Reducción de la Inflación las familias tendrán precios más bajos en los medicamentos recetados, costos más bajos de atención médica y costos más bajos de energía”, dijo Biden.
Infraestructura energética
El senador de Virginia Occidental informó a través de un comunicado que los líderes demócratas en las dos cámaras del Congreso y el presidente Biden se comprometieron a impulsar una reforma integral en los permisos de construcción y operación de infraestructuras energéticas “estratégicas” a cambio de su acompañamiento a la Ley de Reducción de la Inflación. “Estamos avanzando a toda máquina en la reforma bipartidista integral de permisos para que podamos poner en funcionamiento de manera eficiente y segura más proyectos de energía doméstica. El Congreso aprobará esta legislación el mes próximo”, señala el comunicado.
Pero será difícil que todo el Partido Demócrata acompañe las propuestas de Manchin en el Congreso. Algunos congresistas rechazaron de plano cualquier cambio que facilite la construcción de nuevas infraestructuras de combustibles fósiles. Otros señalaron que una reforma es necesaria para acelerar el tendido de nuevas líneas de transmisión eléctrica. Por otro lado, cualquier reforma necesitará en el Senado de al menos 10 votos republicanos para llegar a los 60 necesarios.
Falta de gasoductos
La discusión es relevante para la industria del gas en Estados Unidos. El crecimiento de la producción en las dos principales regiones gasíferas del país, Appalachia y Permian, se ve limitado por la falta de gasoductos. Para los desarrolladores de gasoductos,las regulaciones federales y los retrasos de obra generados por litigios en las cortes son las principales problemáticas que están enfrentando.
Por ejemplo, una regulación federal establece que los gasoductos que atraviesan más de un estado y sus infraestructuras asociadas (como estaciones de compresión) necesitan de la aprobación de la Comisión Federal Reguladora de la Energía (FERC). Un criterio de la Comisión a la hora de evaluar el mérito de los proyectos es si están orientados a la exportación de gas. Siguiendo esa línea, en el primer trimestre del año aprobó tres proyectos (un gasoducto y dos estaciones compresoras) que incrementarán las exportaciones de gas en forma de LNG y a México y Canadá a través de gasoductos.
Los estados de Texas y Luisiana son líderes en exportaciones de LNG gracias a que la producción de gas y las infraestructuras de transporte y licuefacción se encuentran dentro de sus límites territoriales y, por ende, fuera del alcance de la FERC. Esto ha colaborado con el desarrollo en Texas de la producción en Permian, la principal formación de pétroleo no convencional y segunda región en producción de gas del país. Para las compañías de midstream son los estados en el Golfo de México los que ofrecen actualmente las mejores oportunidades para la construcción de nuevos gasoductos. El crecimiento proyectado en la demanda de las terminales de LNG generará cuellos de botella en el transporte de gas y la necesidad de nuevos ductos.
Subsidios para la transición energética
La Ley de Reducción de la Inflación destinará recursos principalmente para la transición energética. La versión final de la ley contempla gastos equivalentes a un quinto de los 1,7 billones de dólares prometidos en el proyecto original. Aún así se trata de la mayor legislación en materia de gastos para enfrentar el cambio climático aprobada en la historia de Estados Unidos.