El encuentro duró apenas media hora, en la que el Presidente abordó el tema Malvinas como una cuestión central.

A 40 años de la guerra, el presidente Alberto Fernández mantuvo un fuerte cruce con el primer ministro británico Boris Johnson por Malvinas y le dijo que la relación entre ambos países estará atravesada por el conflicto hasta tanto el Reino Unido se siente a negociar la soberanía de las islas con la Argentina.

“Hasta que no solucionemos este tema no podremos avanzar en otras cuestiones”, le dijo Fernández al británico en el marco de la reunión bilateral que mantuvieron durante la Cumbre del G7. El encuentro duró apenas media hora, en la que el Presidente abordó el tema Malvinas como una cuestión central. La bilateral fue pedida por Johnson.

El diálogo comenzó con una referencia de Johnson la guerra de Ucrania. El británico dijo que no vislumbra posibilidades de acuerdo entre ese país y Rusia, mientras que Fernández abogó por una solución pacífica, como ya había dicho durante su intervención en el plenario.

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En ese contexto, Johnson dijo que Argentina tiene muchas posibilidades de progreso a partir de sus exportaciones de granos y gas e hizo referencia al interés comercial británico. Fue entonces cuando Fernández introdujo la causa Malvinas y dijo que no habrá avance en las relaciones entre ambos países hasta tanto el Reino Unido se siente a negociar la soberanía de las islas. Johnson respondió que el problema fue resuelto “hace 40 años”.

“Hace 40 años hubo una guerra pero todos los años las Naciones Unidas dicen que tenemos que sentarnos a negociar y el Reino Unido se niega”, dijo Fernández, que explicó que la causa Malvinas es “muy importante” para la Argentina. “Si no resolvemos ese tema, toda nuestra relación va a estar trabada”, dijo.

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Johnson comparó la situación de las Malvinas con la de Ucrania y dijo que apoya la “autodeterminación” de los pueblos en ambos casos, pero Fernández dijo que Malvinas es un enclave colonial. Fue entonces cuando Johnson pidió la habilitación de los vuelos entre Malvinas y Brasil

Fernández dijo que la Argentina está dispuesta a tener vuelos desde el país, pero que eso significa discutir la soberanía y que Gran Bretaña tiene que sentarse a hacerlo. “Es un tema que le importa a todo el pueblo argentino”, le dijo. Johnson respondió: “Entonces no podemos avanzar con los otros temas” y el argentino confirmó. “Nuestra relación siempre va a estar atravesada” por la soberanía de Malvinas.

Más tarde, en conferencia con los medios argentinos que cubren la gira -entre ellos, Letra P-, el mandatario nacional dijo que “Boris agradeció la presencia de Argentina” y “valoró su posición frente al conflicto de Ucrania y Rusia”.

“Yo le planteé francamente… le dije que es muy difícil que podamos hablar de algo si antes no nos sentamos a hablar de la soberanía de Malvinas”, reveló y contó que le pidió al primer ministro británico que el Reino Unido “cumpla con la resolución de Naciones Unidas”.

Johnson “me dio su posición y yo le dije que esperaba que pronto reflexionen y cambien y nos sentemos a dialogar”, completó.

El paréntesis de Macri

Con el planteo firme de Fernández ante Johnson, Argentina retoma la línea dura sobre la cuestión Malvinas que habían seguido, entre 2003 y 2015, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, para quienes la causa del Atlántico Sur representó una de las banderas centrales de su política exterior.

Como consignó Letra P en su Especial #Malvinas40AñosDespués, Mauricio Macri pegó un fuerte volantazo y redujo el reclamo por la soberanía a la mínima expresión.

Concretamente, disolvió la Secretaría de Malvinas y suscribió, sin pasar por el Congreso, el acuerdo Foradori-Duncan para permitir “el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas”. Además, desistió de la demanda por crimen de guerra de Alfonsín.

En 2016, durante el foto de Davos, mantuvo un encuentro con el entonces primer ministro, David Cameron. Fue, según las palabras de Macri, “una reunión muy linda” en la que Malvinas no fue parte de la agenda. Dos años después, para la cumbre del G20 realizada en Buenos Aires, visitó el país la sucesora de Cameron, Theresa May. Tampoco en esa oportunidad el conflicto fue planteado por el entonces presidente argentino.

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