
El atentado que sufrió en las últimas horas Cristina Fernández de Kirchner puso bajo la lupa la actuación de Diego Martín Carbone, su jefe de seguridad desde que ella ocupó el histórico sillón de Rivadavia. A pesar de que la mayoría de sus colegas se retiran cuando los presidentes dejan el poder, Carbone decidió mantenerse junto a la líder kirchnerista. A la vista de sus balances, razones no le faltan.
Durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el joven Carbone fue ascendido al rango de comisario, por el que hoy cobra unos 445 mil pesos mensuales a través de la Policía Federal Argentina, hoy bajo la conducción del responsable político del intento de magnicidio, Aníbal Fernández.
Mientras la crisis argentina no ha parado de profundizarse, desde la llegada de Carbone al círculo íntimo de la vicepresidenta, sus cuentas no han dejado de escalar a ritmo vertiginoso. Así, a partir del Chevrolet Corsa que ya tenía en su poder, adquirió primero un Volkswagen Crossfox, luego un Peugeot 3008 Feline Tiptronic y finalmente un Peugeot 5008 Allure Plus THP Tiptronic.
Mientras el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires lo llevaba a juicio por no pagar sus cuentas y el juzgado Civil y Comercial Federal Nro. 2 hacía lo imposible por cobrarle las deudas, Carbone continuaba engrosando sus cuentas bancarias y el dinero que entraba a sus bolsillos de una forma difícil de explicar.
Mientras gozba de las miles del poder viajando en avión privado junto a Cristina Fernández de Kirchner a múltiples destinos, incluido Cuba (mientras su jefa visitaba a su hija Florencia), el ahora comisario Carbone debutaba en el mundo empresarial con Propulsider SRL, una empresa dedicada a la fabricación, producción, elaboración y comercialización de herramientas, partes y materias primas de metal, hierro y acero.
En el año 2012, Cardone generó polémica con su declaración jurada. De acuerdo al documento, terminó el año con 649 mil pesos. La cifra no resulta impactante, al menos no tanto como los detalles. Para el jefe de seguridad de Cristina Fernández, con ese dinero se compró un departamento céntrico, una cochera, un lote de 1.000 metros cuadrados en un barrio cerrado y le sobró para vivir todo el año. A modo de ejemplo, Carbone sostuvo en su declaración jurada que un departamento de 80 metros cuadrados cuesta poco más de 50 mil pesos.
En tan sólo una década, el jefe de seguridad de Cristina Fernández de Kirchner logró multiplicar su patrimonio nada más ni nada menos que en 27 veces. En efecto, su declaración jurada del 2021 muestra un crecimiento sin precedentes que deja mucha tela para cortar.
Mientras en el 2012 tenía 649 mil pesos, en su última declaración jurada Carbone ostenta 18 millones de pesos en bienes, depósitos y dinero en efectivo, lo que incluye una cuenta en dólares equivalente a 7.5 millones de pesos, una casa en Benavídez de más de 1.000 metros cuadrados cubiertos y cajas de ahorros en pesos y en dólares. No sólo ello, sino que además se las arregló para que su hija Emelina ingrese a trabajar en la Administración General de Puertos Sociedad del Estado, donde gana unos 204 mil pesos mensuales.
Carbone fue mencionado durante la causa de los Cuadernos, por allegados a la propia Cristina Fernández. A pesar de no formar parte de la investigación judicial, quienes lo señalaron con el dedo aseguraron que no era posible que Carbone ignorara lo que estaba sucediendo, del mismo modo que el resto de su equipo de seguridad personal.
Millones de pesos, casas en countries y barrios cerrados, vehículos de alta gama, Lebacs y bonos en dólares, nada escapa al impresionante crecimiento patrimonial de Diego Carbone, el encargado de la seguridad personal de Cristina Kirchner, la misma a la que, tan sólo unos días atrás, le gatillaron en la cara en la puerta de su casa, mientras casualmente su jefe de seguridad tomaba su franco.