
Desde el 1° de septiembre, el panorama político y social de Argentina cambio para siempre. Esa noche, Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte intentaron asesinar a Cristina Fernández de Kirchner. Por un error en la carga de la pistola Bersa y de milagro, el país no sufrió un magnicidio.
Ese hecho marcó un antes y un después. Es no solo una agresión a la ex presidenta sino un golpe a la democracia. De hecho, a eso se refirió Cristina en su primera aparición pública tras el intento de homicidio. Durante su encuentro con curas villeros y hermanas religiosas y laicas, la vicepresidenta dijo en el Senado: Yo creo que lo más grave no es lo que me pudo haber pasado a mí. Lo más grave fue haber roto un acuerdo social que había desde 1983”.
A días del atentado a la vicepresidenta, casi todos los miembros de la oposición condenó el hecho. Aunque algunos referentes como la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y el diputado de la Libertad Avanza, Javier Milei, no mostraron ningún tipo de solidaridad tras el ataque, ni emitieron ningún tipo de mensaje que condene el atentado. De hecho, ambos se dedicaron a criticar que el feriado decretado por el Gobierno Nacional. Lo mismo hicieron otros dos diputados expertos en la publicación de insultos contra los referentes del Peronismo como Fernando Iglesias y Waldo Wolff, ambos de Juntos por el Cambio.
Como para dejar en claro su postura, en la tarde del jueves, José Luis Espert, diputado por Avanza Libertad, lanzó un tuit cargado de violencia contra los trabajadores de una empresa que realizaron un paro.
El libertario citó un tuit de Infobae que decía “Se agravó el conflicto en el sector de los neumáticos: el gremio se atrincheró dentro del ministerio de Trabajo y hay nuevos bloqueos”, y escribió en su cuenta: “Código Penal Art 181, delito de usurpación. Cárcel (6 meses a 3 años) o bala”.
Por el momento, ningún fiscal actuó de oficio sobre el discurso de odio. Algo muy normal desde su cuenta de Twitter. De hecho, el economista sumó un tuit un rato más tarde de la barbaridad que escribió, citó un tuit del diario Clarín que afirmaba “Por el ataque a Cristina Kirchner, Alberto Fernández reflota una vieja idea del Gobierno: ‘Hay que regular el uso de las redes sociales’”, y le sumó: “No. No hay que regular el uso de las redes sociales”.
Sin dudas, Espert no tiene en cuenta que al menos dos de los cuatro detenidos por el intento de asesinato de la vicepresidenta tuvieron vínculos con su espacio político. Algo que la Justicia está investigando a fondo. Por otra parte, hay pruebas de que otros dos espacios investigados, como Revolución Federal y Nación de Despojados cuentan con miembros que militaron tanto para Espert como para Milei.