Así, se sumó a la lista que también integra Agustina Díaz, la única que hasta el momento aceptó hablar ante la jueza.

La teoría del lobo solitario no va más. El intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner fue planificado y del ardid participaron otras personas, además del ejecutante Fernando Sabag Montiel, el hombre que gatilló dos veces en la cara de la vicepresidenta la tardenoche del 1 de septiembre pasado. Refuerzan esa hipótesis los escalofriantes chats hallados en los celulares de las dos mujeres implicadas, donde una dice “mandé a matar a Cristina”, y la cuarta detención ordenada este miércoles por la jueza María Eugenia Capuchetti, quien intenta armar el rompecabezas de lo sucedido antes del ataque en Juncal y Uruguay que conmocionó al país. En usinas kirchneristas, en tanto, crece la sospecha de posibles vínculos y financiamiento de sectores de la política a organizaciones de ultraderecha.

Nicolás Gabriel Carrizo es la cuarta persona detenida en la causa. Su cara se conoció al día siguiente del atentado, cuando ofició de vocero durante una entrevista con el canal Telefé de la que también participaron Brenda Uliarte -novia de Sabag Montiel- y otros integrantes de la denominada banda de los copitos. Esa tarde, se despegaron del hecho.

“Mandé a matar a Cristina”

Las conversaciones entre Uliarte y Díaz revelan que desde hacía tiempo venían planificando el atentado y que habían fracasado en un intento anterior. “Mandé a matar a Cristina, no salió porque se metió para adentro”, dice un mensaje de WhatsApp que Uliarte le mandó a Díaz el 27 de agosto, según surge del expediente judicial y de la prueba que este miércoles se le exhibió a la tercera detenida del caso.

Ese mismo día, horas antes, Uliarte le había adelantado: “Hoy me convierto en San Martín, voy a mandar a matar a Cristina… Me re pudrí que hablen y no hagan nada. Yo sí voy a hacer. Se me metió el espíritu de San Martín en el cuerpo… Que hija de puta se metió adentro antes de que le meta el tiro”.

Los diálogos en ese tono habían comenzado bastante tiempo antes y se prolongarían hasta después de que Sabag Montiel fracasara en el intento de asesinato, oportunidad en la que Díaz le indicó a Uliarte que borrara de su teléfono todo lo que pudiera vincularla al ataque.

“¿Che, pero qué onda que falló el tiro? ¿No practicó antes o le falló la adrenalina del momento? ¿Vos dónde estás? ¿No sería conveniente que vayas a tu casa?”, le preguntó Díaz a Uliarte el 2 de septiembre, después de la ejecución fallida.

“En lo de una amiga. No boluda anda a saber si me allanan”, le respondió Uliarte, a lo que Díaz (agendada en el celular de su amiga como Amor de mi vida) le devolvió, en cuatro mensajes consecutivos: “Tenés que deshacerte del celular. Y cambiar el número. Borrar tu cuenta, todo”.

El 4 de julio de este año, Uliarte le había dicho a Díaz que estaba “organizando para ir a hacer bardo a la Casa Rosada con bombas motolov y todo”, a lo que su amiga -ahora también detenida- le respondió: “Sería mejor ¿no?”.

“Voy con el fierro y le pego un tiro a Cristina. Me dan los ovarios para hacerlo”, le retrucó Uliarte y fue entonces que Díaz cerró: “Por eso te amo”.

Más adelante, en la misma conversación, Uliarte le reveló: “No es joda boluda. Estoy armando un grupo. Para ir con antorchas, bombas, fierro todo. Voy a ser la libertadora de Argentina. Estuve practicando tiro, sé usar un fierro”.

Fabuladora y delirante

En la indagatoria ante la jueza, Díaz -la única de las cuatro personas detenidas que accedió a hablar- reconoció sus intercambios de mensajes de WhatsApp con Uliarte, pero intentó tomar distancia diciendo que pensaba que su amiga era una “fabuladora”.

La joven de 21 años habló durante dos horas y media con Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo, ante quienes sostuvo que jamás pensó que los diálogos que mantuvo con Uliarte podían convertirse en realidad.

“Fabuladora”, “manipuladora”, “delirante” y “fantasiosa” son algunos de los adjetivos que Díaz le dedicó a Uliarte, publica la agencia Télam citando fuentes “que presenciaron la indagatoria”.

Acompañada por los abogados particulares Javier Molina y Marcelo Herrera, quienes pidieron su excarcelación, Díaz buscó en todo momento tomar distancia del hecho, aunque le imputaron haber participado de la planificación del ataque y del intento de encubrimiento.

“Borrá todo”, decía uno de los mensajes que Díaz le mandó a Uliarte y que este miércoles, ante la Justicia, aseguró que tenía que ver con el deseo de proteger a su amiga porque pensaba que no tenía nada que ver con el ataque y que podía quedar pegada por ser la novia de Sabag Montiel.

Entre los mensajes extraídos del celular de Uliarte, había uno que estaba borrado: Díaz reconoció que era una foto del arma que fue empleada en el ataque (se la había mandado en mayo) y dijo que quien había eliminado el mensaje era “Ámbar” Uliarte.

De los intercambios extraídos del teléfono celular de Uliarte surge que Díaz le espetó: “¿Por qué falló el tiro? ¿Cómo mandaste a este tarado? ¿Se puso nervioso?”.

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