Alberto Fernández mandó a dar una señal en contra de la suspensión de las primarias obligatorias que promueven los gobernadores peronistas. Lo hizo a través del diputado y su asesor Leandro Santoro, quien suele marcar las posiciones del “albertismo”.
“De ninguna manera hay que suspender las PASO. Para suspenderlas se tendría que pensar en 2025, no 2023”, afirmó Santoro, que en línea con la postura de Juntos por el Cambio sostuvo que cancelar las primarias sería “violentar un cambio de reglas de juego”.
Como contó este medio, la semana pasada Gerardo Zamora se encontró con Alberto y le dijo que todos los gobernadores peronistas están de acuerdo en suspender las primarias. El santiagueño le comentó luego a sus pares el presidente “no está convencido”.
Pero esto no frenó a la Liga de Gobernadores, que analizan presentar este jueves un proyecto para suspenderlas y utilizar los 20 mil millones que cuesta hacerlas para comprar ambulancias para las provincias. Los mandatarios entienden que el destino de los fondos es clave al momento de plantear la suspensión de cara a la sociedad y, en ese sentido, se definió que la salida es redireccionar ese dinero a algo que sea visible y que se pueda ejecutar en pocos meses.
Además de hablar con Alberto, los gobernadores también iniciaron diálogos con Cristina Kirchner para tratar de ablandar su histórica resistencia a eliminar las PASO. La decisión de la vice es crítica, porque sin su visto bueno no están los votos para derogar las primarias.
El kirchnerismo duro todavía no ha dado señales sobre la suspensión de las PASO, pero deja correr el tema y eso es una señal positiva para los gobernadores. En el peronismo creen que el sistema como está sólo favorece a Juntos por el Cambio, que justamente por eso salió en los últimos días a rechazar de plano la suspensión.
Una buena noticia para los gobernadores peronistas la tuvieron la semana pasada con el anuncio de los legisladores que responden a Juan Schiaretti de que respaldan la eliminación de las PASO, con lo que el oficialismo tendría un escenario más amigable en el Congreso aunque todavía no tiene los votos.
